Cómo lo hacemos
El cambio de las economías lineales está impulsado por los problemas que surgen cuando la demanda y el despilfarro de los consumidores se correlacionan, y se disparan.
La basura electrónica, el flujo de residuos que crece con más rapidez en el mundo, plantea amenazas extremas para la salud general de nuestro planeta. Desde la contaminación del suelo y el agua hasta los daños inmediatos y duraderos para la salud humana, el número de complicaciones relacionadas con esta cuestión crece a la par que el problema.
Cada año, las empresas que no protegieron sus datos se gastan millones en multas, a veces después de que los dispositivos que los contienen salgan de su inventario. La tecnología debe borrarse de forma segura independientemente de su destino después de su uso, ya sea para su almacenamiento, reventa, desecho o traspaso a otro empleado, para evitar el robo de datos digitales o físicos.
La demanda de tecnología por parte de los consumidores impulsa un flujo constante de nueva producción y fabricación. Para mantenerse al día, los dispositivos no siempre se fabrican para durar ni adaptarse a los nuevos avances tecnológicos. Esta carrera impulsa el aumento de la generación de residuos, así como el agotamiento de los recursos no renovables para el desarrollo.
Algunos de los depósitos de recursos preciosos más ricos del mundo se encuentran dentro de los vertederos, ya que los desechos electrónicos albergan un enorme inventario de materiales valiosos perfectamente aptos para el reciclaje y la reutilización, si estuvieran en cualquier otro lugar que no fuera un vertedero.
